Por redacción 

La ciudad de Chihuahua conmemora este 12 de octubre su 315 aniversario de fundación, un hecho histórico que data de 1709 cuando, bajo la dirección del gobernador Antonio Deza y Ulloa, se oficializó la creación de la nueva cabecera del Real de Minas en el norte de la Nueva España. 

Este hito fue parte de un extenso proceso de colonización que enfrentó importantes desafíos debido a la resistencia de los grupos indígenas que habitaban la región.

Antes de la llegada de los colonizadores europeos, el territorio que hoy ocupa Chihuahua estaba poblado por comunidades nómadas y semi-nómadas, quienes lucharon ferozmente contra el avance de los europeos, a diferencia de las poblaciones más asentadas del sur. 

Este choque cultural complicó considerablemente los intentos de los colonizadores por establecerse en la zona.

La primera expedición europea en llegar a esta región lo hizo el 20 de marzo de 1598, liderada por Juan de Oñate. Con un grupo de 400 hombres, de los cuales 130 estaban acompañados por sus familias, exploraron las riberas del río Sacramento, bautizado así en honor al Santísimo Sacramento, dado que la expedición arribó un Jueves Santo.

El impulso inicial para el establecimiento de una población en la zona vino de la mano de la minería. 

En 1652, el capitán español Diego del Castillo descubrió ricos yacimientos de minerales cerca de lo que luego sería Santa Eulalia. Sin embargo, las constantes incursiones indígenas y las extremas condiciones climáticas provocaron que la explotación minera se detuviera, dejando la región prácticamente desierta por varios años.

Fue hasta 1707, tras el descubrimiento de nuevos yacimientos más productivos, que la región experimentó un renacimiento económico. 

No obstante, la accidentada geografía de Santa Eulalia dificultaba su desarrollo como centro poblacional, lo que obligó a las autoridades a reconsiderar su ubicación.

Antonio Deza y Ulloa, gobernador de la Nueva Vizcaya, convocó a 16 prominentes vecinos de la región en 1709 para decidir el futuro de la cabecera del Real de Minas. 

Tras deliberar, los votos se dividieron equitativamente entre quienes deseaban mantener la cabecera en Santa Eulalia y quienes proponían fundar una nueva ciudad en el valle donde convergen los ríos Chuvíscar y Sacramento. 

Ante el empate, Deza y Ulloa usó su voto de calidad para decidir que la nueva ciudad se fundaría en el valle.

Así, el 12 de octubre de 1709, se estableció formalmente la ciudad de Chihuahua, que hoy celebra su 315 aniversario, recordando su origen ligado a la minería y el valiente espíritu de los pueblos indígenas que habitaron sus tierras.