Quinta Carolina, sobreviviente de la Revolución Mexicana
La Quinta Carolina es un pedazo de historia enclavado en el desierto chihuahuense, allá en el centro, junto a una pequeña sierra, la Nombre de Dios, en medio de un majestuoso escenario natural que sirvió, aunque no por mucho tiempo, como un espacio de retiro para el exgobernador don Luis Terrazas, quien concluyó su construcción en 1896 pero que al comienzo de la Revolución Mexicana tuvo que huir, dejando aquella gran obra, aquél poema arquitectónico dedicado a su señora, Doña Carolina, en manos de los Centauros del Norte.
Sus muros, tanto del mesón, como las caballerizas, la fábrica de hilado, los salones de té, el templo de San Carlos Borromeo, sus desafiantes jardines, sobrevivieron a la barbarie revolucionaria, al pillaje tras el abandono, a las inclemencias del tiempo, pero sobretodo al olvido de quienes habitan esa tierra involuntariamente agreste, seca pero paradógicamente prolifica, abundante en la producción de grandes hombres y mujeres. Fue restaurada con la mano prodigiosa de Luis Armendariz Ledezma en 2016.
La idea de que hoy se convirtiera en una escuela (de música) no es extraña, desde su ocupación por Pancho Villa se concibió la necesidad de convertirla en una universidad, tal vez sus dolientes muros susurraban desde entonces al oído de los guerrilleros la verdad irrefutable de las consecuencias de la ignorancia, sobretodo de aquella que es aceptada, como imposible de cambiar.
Soy Chihuahua ofrece a nuestros lectores un pequeño paseo por este hermoso lugar, tan lleno de historia, de reclamos acallados, de vida, muerte y resurrección. De amor y sociego.
Monumento a la Revolución Mexicana; Exhacienda Quinta Carolina
Paisaje montañoso frente a la Quinta Carolina, muy cerca de las Grutas de Nombre de Dios
Iglesia San Carlos Borromeo, para misas privadas de doña Carolina. Todavía celebra misas los domingos y algunos días festivos.
Puerta de la nave principal, cerrada con cadenas, como en la época revolucionaria.
Taller de Hilado, una obra que desafía a la naturaleza.
Las obras de restablecimiento incluyeron trabajos que dieran apariencia de antiguedad, con materiales nativos.